domingo, 30 de julio de 2017
Causas de dolor en la espalda baja y cómo aliviar el dolor lumbar
Al igual que es importante el reposo en las primeras fases, es fundamental que, posteriormente, empecemos a realizar algún ejercicio de bajo impacto para mejorar la condición
El dolor en la parte baja de la espalda, también conocido como dolor lumbar o lumbalgia, es un tipo de dolor que puede ir desde lo más leve hasta llegar a ser un dolor fuerte y persistente que puede incapacitar a la persona.
La zona lumbar está compuesta por una estructura intrincada, de elementos interconectados y superpuestos que, de irritarse o presentar algún tipo de problema, pueden desencadenar una lumbalgia o un dolor que se extiende desde esta área hasta otras partes del cuerpo.
De acuerdo con los datos estadísticos, de un 70% a un 85% de las personas llegan a experimentar un dolor lumbar en algún momento de su vida; además, las personas más propensas en padecerlo son las que están en un rango de edad entre los 30 y los 60 años.
¿Cuáles son los síntomas del dolor en la espalda baja?
Al sufrir algún tipo de lesión en la parte baja de la espalda, el paciente puede sufrir diferentes síntomas que pueden variar según la gravedad del problema.
Los síntomas más comunes pueden incluir:
Hormigueo o sensación de ardor.
Sensación de dolor sordo o dolor agudo.
Dolor intenso.
Dolor que irradia a otras zonas, como las piernas, la cadera o la parte inferior del pie.
Espasmos musculares.
Aunque la lumbalgia es muy común en las personas, su gravedad puede variar mucho según la causa y el tipo de lesión que se esté sufriendo.
Por ejemplo, una simple distensión muscular puede ser tan intensa que lo más probable es que el paciente debe ir por urgencias al médico; en cambio, una degeneración discal podría causar síntomas leves e intermitentes.
¿Qué causa el dolor en la espalda baja?
La mayoría de personas tendrán que experimentar al menos un dolor de espalda en su vida.
Aunque esta dolencia puede aparecer en cualquier parte de la espalda, a menudo la zona más afectada es la región lumbar, que es la responsable de sostener una gran parte del peso corporal.Este problema aqueja a tantas personas todos los días, que en Estados Unidos es la segunda causa de consultas médicas después de la gripe y los resfriados.
El dolor puede aparecer como consecuencia de levantar algo muy pesado, desplazarse repentinamente, estar sentado por mucho tiempo, tener una mala postura o sufrir una lesión o accidente.
Pero además de lo mencionado, este síntoma está asociado a otros problemas como:
Traumatismos, lesiones o fracturas.
Degeneración de las vértebras (a menudo causada por tensión en los músculos y ligamentos que sostienen la columna vertebral o por los efectos del envejecimiento).
Infecciones del riñón o cálculos renales.
Crecimiento anormal o tumor que afecte la columna.
Obesidad (causante de presión y degeneración de los discos).
Perder el tono de los músculos de la espalda.
Esguince o torcedura.
Desgarros de los músculos o los ligamentos.
Problemas en las articulaciones como la artritis, osteoartritis, artritis psoriásica y artritis reumatoidea.
Fumar de manera excesiva.
Tener una hernia discal.
Infección de la columna vertebral (osteomielitis, disquitis, absceso).
Enfermedades que afectan los órganos reproductores femeninos, como endometriosis, quistes ováricos, cáncer ovárico o miomas uterinos.
¿Cómo aliviar el dolor el dolor lumbar?
Ante un dolor lumbar se deben tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar que se convierta en algo crónico.
Si este dolor te está aquejando, atiende los siguientes consejos:
Evitar la actividad física en las primeras horas del dolor. Esto ayuda a calmar el dolor y contribuye a disminuir una posible inflamación.
Para aliviar la zona afectada, aplicar una compresa caliente o fría, según la preferencia. Una buena opción es aplicar hielo durante las primeras 48 a 72 horas y luego usar calor.
A la hora de dormir, la posición del cuerpo debe ser fetal, ya que esta ayuda a aliviar la presión de la espalda.
Si el dolor es intenso se puede recurrir a algún analgésico de venta libre. Sin embargo, no se recomienda tomarlos sin supervisión médica y menos exceder su consumo.
Después de haber estado en reposo, es muy importante hacer algún tipo de actividad física de bajo impacto para empezar a tratar el origen del problema.
Para empezar se puede hacer ejercicio aeróbico, y luego, incluir estiramientos y fortalecimientos, en lo posible con la ayuda de un entrenador.
Los masajes también pueden ayudar a disminuir el dolor. En este caso es muy importante hacerlo con la ayuda de un experto, ya que una mala presión puede empeorar el problema.
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