miércoles, 30 de abril de 2014

Hábitos que repetimos los corredores


Los corredores solemos mover partes de nuestro cuerpo que no debemos. A continuación, algunos de los malos hábitos más comunes y como evitarlos.
1)-Balancear los brazos a los lados de nuestro cuerpo. Al correr, nuestros movimientos deben ir hacia adelante o atrás: cualquier otra dirección es una pérdida de energía. Esto no solo fuerza nuestros músculos del tronco, sino que también nos hace cruzar las piernas. Si vemos a una línea en el piso y nuestras piernas se apoyan en ella, estamos girando de más. Lo ideal sería que nuestros pies corran a ambos lados de la línea.
La manera más fácil de arreglarlo es estar conscientes de la posición de nuestros brazos. Debemos mantener nuestros codos yendo de atrás hacia adelante, con los brazos relajados formando un ángulo de 90 grados entre brazo y antebrazo. También podemos mantenerlos más bajos, lo que dificulta que se crucen.
2)-Mirar nuestros pies. Para quienes se viven mirando la pisada, deberían saber que esa posición del cuello restringe la inspiración, disminuyendo el oxígeno que entra al cuerpo. Si no lo creen, hagan la prueba: inspiren primero con la cabeza hacia abajo y luego mirando al frente. Además, es bueno poder proyectar la mirada para ver el terreno delante nuestro.
3)-Apretar los puños. La presión que ponemos en nuestras manos se transmite a nuestros antebrazos y hombros. Si no estamos relajados, inevitablemente esa tensión llegará a nuestras piernas. Cuando sentimos que nos estamos tensionando y endureciendo, relajemos los brazos dejándolos caer a los lados, sacando la tensión de los hombros y sacudiendo las manos.
4)-Tratar de ir más rápido en cada entrenamiento. Para volverse rápido y fuerte, nuestro cuerpo no solo debe entrenar, sino también descansar. El descanso permite reparar los tejidos musculares, que es lo que nos hace cada vez más fuerte.
Para volverse más rápido, hay que descansar e ir realmente lento en los días de trabajo liviano. Algunos de los corredores más rápidos del mundo corren sus días tranquilos hasta 3 minutos más lentos por millas, no 30 segundos.
5)-Ir saltando. Ir hacia arriba no quiere decir hacia adelante. Hay que moverse horizontalmente por el suelo, sin ningún componente vertical. Cuando nuestros talones se elevan para propulsarnos el componente principal de fuerza debe ser hacia adelante y no hacia arriba. A veces, esto requiere doblar el tobillo algo más de lo acostumbrado para formar un buen hábito.
Para ir rápido hacia adelante, debemos concentrarnos en lo que hacen nuestras piernas, más que en las fuerzas de las caderas y los brazos. Con eso en mente, seguro alcanzaremos velocidades que nunca imaginamos, con poco esfuerzo.
 

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