Hoy os queremos hablar de una zona muy compleja del cuerpo humano, el pie. El pie contiene el 25% de los huesos de nuestro cuerpo y de promedio, cada persona durante el día camina unos 10.000 pasos. Los pies son nuestro sistema de propulsión y por eso es tan importante cuidarlos bien. Existen muchas afectaciones en esta zona pero os queremos hablar de una que es bastante conocida, la fascitis plantar.
1. ¿Qué es la fascitis plantar?
La fascia es una estructura de tejido conectivo muy resistente de apariencia membranosa. La fascia plantar se encuentra como dice su nombre en la planta del pie. Entonces podemos decir que la fascitis plantar se trata de un proceso doloroso e irritativo de esta fascia, generalmente en su zona medial y cerca del talón (su inserción). Muchas veces se asocia el espolón calcáneo con la fascitis y se cree que unos de los principales causantes del dolor es el propio espolón, pero eso es falso ya que el espolón no acostumbra a dar sintomatología. Es importante realizar un diagnóstico diferencial acerca de la patología.
Tendremos que diferenciar entre puntos gatillo del soleo, irritación de la grasa subtalar, atrapamientos de la rama calcanea del nervio tibial posterior o del nervio plantar en la zonas alrededor de la fascia, entesitis del abductor del primer dedo o del flexor corto plantar, entre otros. Su incidencia es mayor en mujeres que en hombres.
2. Causas
- Por exceso de tensión de la fascia: pies con hipertonía y tendencia al pie cavo.
- Por distensión de la fascia: pronación anómala repetitiva
- Sobrecarga mecánica: caminar en zonas de mucho desnivel, correr, saltar, eso siempre cuando se trate de una persona que no tenga una buena base física (falta de entrenamiento o sobreentrenamiento).
- Malas posturas
- Uso de calzado inadecuado o cambio de calzado
- Acortamientos musculares: sobretodo los músculos de la pantorrilla
- Sobrepeso o gran pérdida de peso en poco tiempo
- Desajustes metabólicos o dietéticos
3. Clínica
- Dolor que tiende a localizarse en la parte medial del talón, en la planta del pie. Este dolor también aparece si nos ponemos de cuclillas.
- Dolor de arranque: especialmente por la mañana o después estar parado un tiempo.
- Dolor mecánico progresivo. El dolor puede ser localizado o difuso. Se puede concentrar en el talón pero también puede expandirse por toda la planta del pie.
4. Valoración
- Analizar la postura: tanto en estática como en dinámica. En estática nos fijaremos en las particularidades anatómicas de cada persona y teniendo en cuenta esas particularidades, posteriormente pasaremos a hacer la valoración en dinámica. Esta valoración nos puede ser de gran ayuda para ver la cualidad y la cantidad de movimiento de toda la extremidad inferior, desde la cadera hasta el pie y detectar así posibles limitaciones que puedan influir en nuestra lesión. A menudo, nos encontramos con alguna limitación en la rodilla (déficit de extensión) o alguna limitación en las rotaciones de la cadera.
- Revisar el calzado: es básico ya que es el envoltorio de nuestros pies. El calzado se tiene que adaptar a nuestro pie y que el material del calzado no sea muy rígido. También tenemos que evitar el calzado con mucho tacón y evitar comprar tallas muy justas ya que tiene que haber un poco de espacio por delante para los dedos. Si padecemos fascitis plantar tenemos que evitar los cambios de calzado durante el transcurso de la patologia.
Tendremos que pedir a la persona que nos traiga el calzado que utiliza, para así, también observar las zonas de mayor y menor contacto. Una vez hecha la valoración, podremos dar los consejos que creamos más adecuados. Si tenemos cualquier duda en este ámbito, lo mejor será aconsejarle que vaya al podólogo. (Para más información, leer la entrada “Pies con forma de zapato”).
5. Tratamiento
- Movilización general del pie: Dado el gran número de huesos y articulaciones que están comprendidas en el pie, es posible que la fascia tenga una exceso de tensión debido a una mala biomecánica de nuestro pie, como podría ser la presencia de algún bloqueo articular o algún desequilibrio muscular. Además, de eliminar posibles bloqueos y tratar la musculatura, también flexibilizaremos todo el pie para que se adapte lo mejor posible a la hora de la pisada.
- Masaje, cyriax, fibrolisis, punción seca y tape/kinesiotape: Todas estas técnicas las utilizaremos con la finalidad de relajar la fascia plantar.
- Estiramientos: De toda la cadena posterior de la pierna. Esta engloba toda la musculatura de la planta del pie, el tendón de Aquiles y la musculatura de la pantorrilla. A parte de los estiramientos funcionales de cada zona, existen objetos que van muy bien para relajar la fascia plantar como es el caso de una pelota de tenis o una botella de plástico congelada (simula un rodillo). La persona se tiene que sentar en una silla y colocarse la pelota o botella en la planta del pie. Lo que se trata es de ir deslizando la pelota o botella por toda la planta del pie, de arriba abajo durante unos 10 o 15 minutos. Lo ideal sería que la persona realizará este simple ejercicio unas 3 veces al día.
Para complementar los estiramientos también sería muy interesante realizarnos un automasaje. Estamos machacando nuestros pies cada día, de arriba abajo y además siempre cerrados dentro de un zapato. Lo ideal sería que cada día antes de acostarnos nos regaláramos un masaje en nuestros pies que seguro que nos lo agradecerían.
- Reeducación del pie: Una vez pasada la fase más aguda y cuando ya no existe ninguna limitación en nuestro pie, primero tenemos que reeducar nuestro pie y una vez cumplida esta parte, ya podremos reintegrar el pie en nuestro esquema corporal. Esto lo podemos hacer mediante la propiocepción o también utilizando la técnica TRAL (terapia reequilibradora del aparato locomotor). Empezaremos con ejercicios de reconocer la posición de nuestros pies y de forma progresiva iremos ejecutando ejercicios más complejos donde trabajaremos el equilibrio y la coordinación.
- Actividad física: A no ser que el dolor seria insoportable, no es necesario parar la actividad física, si no que solo tenemos que bajar su intensidad durante esta fase más aguda y evitar terrenos duros como sería el asfalto.
- Antiinflamatorios: muy importante recordar que solo los tomaremos cuando el dolor sea agudo, ya que tenemos que tener presente que eso no cura la lesión, solo disminuye el dolor.
Esperamos que os sea útil toda esta información y que si tenéis cualquier duda sobre el tema nos la comentéis. También nos gustaría que compartierais vuestras experiencias sobre esta lesión. Estamos a vuestra disposición.
David Boatella Cortina
Pol Amigó Mustarós
@dipfisioterapia – dipfisioterapia@gmail.com
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