doptar hábitos saludables puede hacer la diferencia. Una enorme diferencia que tiene como premio mayor nada menos que vivir más y mejor. Después de todo, la salud no es otra cosa que la acumulación de las decisiones que tomamos diariamente. Desde luego, después de años de malas costumbres arraigadas, ya sea por desconocimiento o simplemente por elección, producir un cambio saludable no es una tarea sencilla.
A veces, interiorizar esos cambios demanda mucho más tiempo del que quisiéramos, y mucho más esfuerzo, es cierto. Pero también es real que hay un montón de buenos hábitos que no exigen tanta energía y que se pueden hacer en 1 minuto (o menos). Porque, por supuesto, hacer algo bueno para la salud es mejor que no hacer nada en absoluto.
Veamos entonces ocho hábitos saludables que se pueden adoptar en 60 segundos, o menos:
1- Dejar las zapatillas en la puerta
La pintoresca costumbre japonesa de dejar las zapatillas en la puerta, como una forma de honrar la pureza del hogar, tiene su costado saludable. Según un estudio de la Universidad de Houston, en Estados Unidos, y publicado en LifeHack, alrededor del 40% de las personas que no se quitan las zapatillas antes de entrar a su casa cargan y esparcen una bacteria conocida como Clostridium difficile, que puede producir malestar estomacal, diarrea y fiebre. Otras: Escherichia coli, Clostridium difficile, e incluso meningitis están entre las bacterias comunes que se encuentran en las zapatillas.
Toxinas, polvo, restos de productos químicos que pululan en el ambiente también pueden venir "pegados" a nuestra suela.
Otra investigación, realizada por el microbiólogo de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, Charles Gerba demostró que se pueden encontrar una media de 421 mil microbios en la parte exterior de la zapatilla y 2.887 en el interior.
Mejor, las zapatillas, zapatos, borceguíes o lo que sea, queden fuera de casa.
2- Cepillarse la lengua
Es indispensable en algunos de los hábitos más necesarios de nuestro día a día: masticar, saborear, hablar. La lengua es el único conjunto de músculos voluntarios que no se fatiga y, al igual que las huellas digitales, es diferente en cada persona.
Su cuidado es muy importante y, sin embargo, muchas personas la excluyen de su higiene bucodental. La lengua, por su anatomía, es la parte de la boca donde se acumulan más bacterias, y si no la limpiamos correctamente nuestro cepillado no habrá servido de nada.
Tres beneficios de cepillar la lengua:
1- Elimina el mal aliento (halitosis). En el 90 % de los casos el origen del mal aliento está en la boca y está asociado al denominado cubrimiento lingual (bacterias en la parte posterior de la lengua).
2- Previene la caries, gingivitis y periodontitis. Las bacterias se alojan especialmente en las papilas de la lengua y, desde ahí, logran colocarse sobre la superficie de los dientes, provocando la formación de placa bacteriana, causante de estas tres enfermedades.
3- Mejora el sentido del gusto.
Tres consejos sobre cómo limpiar la lengua:
1- Hay que utilizar el cepillo de dientes o el raspador lingual. Intentar colocar el cepillo en la parte posterior del dorso de la lengua, es decir, lo más al fondo posible, y desde ahí realizar un barrido suave hasta la punta. No es necesario apretar. Si se sientes náuseas al hacerlo, se puede usar un raspador lingual (disponible en farmacias), que disminuirá ese reflejo nauseoso. No obstante, esta sensación irá desapareciendo conforme se vaya acostumbrando a limpiar la lengua, y poco a poco alcanzar zonas más lejanas de la lengua.
2- Conocer la lengua. No todas las lenguas son iguales, algunas requieren un cuidado especial. Los fumadores o las personas que respiran por la boca o toman medicamentos que secan la boca son más propensas a tener una lengua seca o blanca. Si la lengua está muy seca cuando se limpia o raspa, se puede dañar el tejido, por lo que es aconsejable hacerlo justo después de cepillar los dientes, cuando la boca todavía se encuentra húmeda. También se puede recurrir a un espray o gel humectante que se puede aplicar a la lengua antes de limpiarla.
3- Prestar atención. Una inspección regular de la lengua puede ayudar a detectar el cáncer bucal. Sacar la lengua frente al espejo y revisar bien su parte superior, inferior y los lados. Comprobar que no haya cambios en su color, cortes o zonas blancas o rojas que no sanen después de una semana o dos. Si se detecta algo inusual, hay que consultar al dentista.
3- Taparse la boca con la parte interior del codo al estornudar o toser
Cuando no contamos con un pañuelo de papel a mano para cubrirnos la boca y la nariz, lo mejor es que tosa o estornude en la parte interior del codo o la parte superior del brazo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El punto es evitar el uso de las manos, que pueden no estar limpiar, y también puede propagar fácilmente los gérmenes alrededor. Cubrirse también evita que las gotas cargadas de gérmenes sean lanzadas al aire, donde pueden aterrizar en superficies que se tocan con frecuencia y contagiar a otros.
Esta sencilla técnica es un buen consejo para adultos y niños a recordar durante la temporada de resfriados y gripe.
En todo caso, lavarse frecuentemente las manos es el mejor aliado para evitar el contagio de la gripe, de los resfriados o de cualquier otro tipo de infección vírica. Lo ideal es hacerlo con agua templada y jabón y recordar lavar las palmas, entre los dedos y hasta la muñeca sin olvidarse del pulgar. Un hábito saludable para toda la vida.
4- Tomar agua
Normalmente, los médicos recomiendan entre 6 y 8 vasos de agua al día, o 1 litro o litro y medio de agua, aunque depende de la complexión, salud y actividad. El otro medio litro necesario se puede obtener de frutas y verduras, ya que son alimentos que de por sí muy acuosos.
Si el agua no nos gusta o nos parece aburrida, se puede poner un poco de dinamismo mediante la adición de rodajas de limón, lima o naranja.
Las consecuencias de no tomar suficiente agua son: - Dolor de cabeza.
- Fatiga.
- Cambios de humor.
- Calambres.
- Dolores musculares.
Estos síntomas suelen presentarse en estados de deshidratación crónica, cuando la ingesta de agua es menor de 700 mililitros diarios (menos de 3 vasos de agua al día) por un tiempo prolongado: - Adormecimientos de las extremidades.
- Alteraciones de la vista.
- Dificultades para tragar.
- Delirio.
- Ataques cardíacos e incluso la muerte.
5- Descansar los ojos
Celular, monitor, tableta, televisor. En los días que nos tocan, pasamos horas y horas mirando las pantallas. Las consecuencias mas comunes son la fatiga ocular, dolor de cabeza, visión borrosa, mala focalización, enrojecimiento de los ojos, el llamado "ojo seco", que consiste en que como el usuario parpadea menos al poner atención en la pantalla, la superficie ocular; o lo contrario, el llamado "ojo húmedo", que se debe a que la carga electrostática de las pantallas atrae polvo, y esto puede generar alergias oculares y por tanto humedecer el ojo.
Para proteger nuestros ojos del estrés diario, los médicos recomiendan la regla de "20-20-20" ¿En qué consiste?
Muy fácil, si tenemos que estar varias horas pegados a la pantalla (aunque también podemos aplicarlo a teléfonos celulares o libros digitales), debemos dirigir la mirada cada 20 minutos, por un periodo de 20 segundos, algún objeto que se encuentre a una distancia de 20 pies (o 6 metros). Esto permite que los ojos se reenfoquen y, de esta manera, descansen.
6- Usar protector solar todo el año
Un nuevo estudio sugiere que el uso diario de filtro solar tiene un doble propósito: la puesta bloqueador solar sobre una base regular puede proteger la piel contra los signos visibles del envejecimiento, y también ayuda a reducir el riesgo de cáncer de piel.
Un investigación de científicos australianos halló que los hombres y mujeres que aplican protector solar con mayor frecuencia, con un SPF de 15 o más, tienen una piel más joven que los adultos que lo utilizaron sólo ocasionalmente. Tenían menos arrugas y manchas oscuras en comparación con las personas que usaban protector solar con menos frecuencia.
7- Limpiar la esponja de casa en el microondas
La cosa más sucia de la casa es la esponja para lavar platos. "Esta es mucho más sucia que el asiento de inodoro y el tacho de basura", cuenta el Dr. Philip Tierno, profesor clínico de microbiología y patología en la Universidad de Nueva York.
Las esponjas tienen muchos agujeros que conservan todas las cosas sucias y microorganismos no deseados durante la limpieza. Al lavar los platos, piezas de comida permanecen atrapadas en los agujeros de la esponja, y cuando la esponja se mantiene húmeda y seca lentamente, cada 20 minutos se está desarrollando una nueva bacteria.
"Los platos limpios pueden tener bacterias también si se han lavado con una esponja sucia, porque el agua y el detergente no pueden matar las bacterias. Después de cada uso se debe desinfectar la esponja ", agrega el microbiólogo.
Para limpiar la esponja, Tierno recomienda sumergir la esponja en agua limpia y luego ponerla en el microondas hasta que el agua comienza a hervir, luego escurrir y dejar secar.
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